1. HIJO, QUIERO QUE HOY VAYAS A
TRABAJAR A MI VIÑA.
El Señor nos pide con el corazón, que trabajemos
en su viña, que trabajemos por el bien nuestro y por el bien de los demás, y
esta esperando nuestra respuesta, esa es su voluntad.
Pero sucede, que muchas veces no nos sentimos
llamados y preferimos hacer lo que a nosotros no parezca mejor y no lo que Dios
quiere. En otra, le decimos “Si” al Señor, pero solo lo hacemos para
congraciarnos, como cuando le decimos a alguien, no te preocupes, que lo haré
sabiendo que solo son palabras. Pero el Señor nos pide hechos y no palabras.
Bien cae en este fragmento del Evangelio el refrán “Del dicho al hecho, hay
mucho trecho”.
De esto se desprende que el Señor habló en esta
parábola a aquéllos que ofrecen poco o nada, pero que lo manifiestan con sus
acciones, y en contra de aquéllos que ofrecen mucho y que nada hacen de lo que
ofrecen.
2. ¿QUÉ LES PARECE?
En esta sencilla parábola, en la cual Jesús nos
pregunta primero “¿Qué les parece?, esto es, que opinamos del comportamiento de
los dos hijos, hagamos cuenta que el padre es nuestro Buen Padre Dios, que nos
pide compromiso y nos pide que trabajemos para El. Dios quiere salvarnos y nos
da una oportunidad. Pero nos esta señalando que lo que verdaderamente importa
para salvarse, no son las palabras, no son la promesas de buena crianza, no son
las palabras bonitas, sino que las obras reales que podamos conseguir. Sabemos
que el mundo esta lleno de buenos propósitos y magníficos discursos, pero muy
escaso de llevar a la practica los hermosos sentimientos que se propone.
3. ¿CUÁL DE LOS DOS CUMPLIÓ LA VOLUNTAD
DE SU PADRE?
La segunda pregunta que nos hace Jesús es ¿Cuál de
los dos cumplió la voluntad de su padre? Cumplen la voluntad del Padre,
aquellos que se les propuso trabajar para su salvación y lo hicieron de verdad,
no los que hicieron falsas promesas. Esto es como cuando caemos en falta,
concientes de hemos hecho mal, habiendo oído el llamado a la buena vida por el
Señor, y luego en nuestro interior brota el dolor de la desobediencia, nos
arrepentimos, hacemos penitencia y enmendamos el rumbo. Esto es hacer la
voluntad que nos señala Jesús en este Evangelio. Y no hacer la voluntad es
mentirle a Dios, diciendo “Si Señor” sabiendo que no haremos lo que El quiere.
En otras palabras, más vale no ofrecer a Dios obrar bien y hacerlo, que
ofrecérselo y mentir.
4. LES ASEGURO QUE LOS PUBLICANOS Y LAS
PROSTITUTAS LLEGAN ANTES QUE USTEDES AL REINO DE DIOS
El Señor les recuerda en sus conciencias a los
sumos sacerdotes y a los ancianos, que el pueblo judío respondió a Moisés:
"Haremos todo lo que nos mande el Señor" (Ex 24,3), pero luego le
mintieron a Dios, reprensado en esta parábola por el segundo hijo. Sin embargo
no pueden dejar de admitir esto, cuando reconocen que el primero hijo hizo la
voluntad de Dios, que en esta parábola representa a los gentiles.
Entonces en forma dura, Jesús les dijo a los
judíos: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que
ustedes al Reino de Dios”
En efecto, Jesús nos presenta como los publicanos,
que eran pecadores, al igual que las hijas del placer carnal, primero habían
rechazado la invitación de caminar al Reino de Dios, pero luego, a oír el
llamado de salvación, cambiaron el rumbo y enmendaron su mala vida, este cambio
los hace digno de entrar al reino.
Sin embargo, ellos, el pueblo de Dios, que se
decían hombres fieles, rechazan la palabra de Jesús, entonces el señor les
afirma: En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no
creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él.
5. NO PORQUE UNA PERSONA HAYA SIDO PECADORA,
NO SE PUEDE SALVAR
Pero los fariseos, no solamente no creyeron en
Juan, ni siquiera le hicieron caso. Pero Jesús sabe, Juan vino por el camino de
la justicia, y lo hizo de una manera evidente, y mantuvo un trato respetable,
con una actitud que conmovía los corazones de los pecadores, y que su palabra
transformó corazones indómitos, por eso les dice: Pero ustedes, ni siquiera al
ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él”.
Aprendemos de esta enseñanza, que no porque una
persona haya sido pecadora, no se puede salvar, nos enseña Jesús, que el
arrepentimiento, nos hace más aptos para entrar al Reino, nos aclara Jesús,
como muchas veces sucede que resultan ser mejores aquellos hijos que vuelven
arrepentido que los arrogantes que piensan que sirven a Dios porque se golpean
el pecho, pero su soberbia no les permite reconocer sus faltas.
6. ESTAR DISPUESTOS A ACEPTAR LA
VOLUNTAD DEL PADRE,
Así es como el ejemplo del primer hijo, nos debe
hacer meditar en como debemos tratar de purificar nuestro corazón, como
reconocer nuestros pecados y corregirlos y como poner orden en nuestra vida.
También nos invita a cuidar nuestros pensamientos, además de regularlos. Del
mismo modo a preguntarnos lo que espera Dios de nosotros. Jesús ha advertido a
sus discípulos; “No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de
los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos”
(Mt 7,2 1-23). También nos ha dicho el Señor: “Felices los que escuchan la
Palabra de Dios y la Practican” (Lc 11, 28)
Pero la mayor invitación, es estar dispuestos a
aceptar la voluntad del Padre, y al mismo tiempo pedirle fuerzas, para no
flaquear en el deseo de cumplir nuestro compromiso con El. Así de esta forma
darle valor a nuestro corazón, para que no huya de su deber cristiano, por
tanto no dejemos de rezar como en el salmo (142, 10) “Enséñame a cumplir tu
voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra
llana”
Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
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