Hola amigos, bienvenidos a este sitio que solo busca compartir todo aquello que llega a mi buzón, y nos ayuda a crecer en nuestra fe católica..
(casi todo es sacado de la red)

Si alguien comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia o que se retire, por favor, que me lo comunique y lo hago inmediatamente. Gracias.

Espero que os sirva de ayuda y comenteis si os parece bien...


Gracias


Maria Beatriz.



SI AL CRUCIFIJO Tu quita un Crucifijo y nosotros pondremos mil

En este blog rezamos por todos los cristianos perseguidos y asesinados

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NOTICIAS SOBRE S.S. FRANCISCO

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Hemos vuelto

Queridos hermanos en Cristo. Tras algunos años de ausencia por motivos personales. A día de hoy 24 de Marzo del 2023, con la ayuda de Dios Nuestro Señor retomamos el camino que empezamos hace ya algún tiempo. Poco a poco nos iremos poniendo al día, y trataremos de volver a ganarnos vuestra confianza.

Gracias de antemano y tenednos paciencia.
Dios os guarde a todos y muchas gracias a los que a pesar de todo habéis permanecido fieles a este blog, que con tanto cariño y tanta ilusión comenzó su andadura allá por el año 2009

Dios os bendiga y os guarde a todos.

CAMINATA DE LA ENCARNACIÓN

18 de agosto de 2014

Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario

Lunes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario
1. Preparación
Señor, aquí estoy delante de ti. Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre. Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve. Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso. Que vea claro qué quieres de mí. Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor. Me pongo en tus manos, Señor. Soy todo tuyo. Haz de mí lo que tú quieras. Amén.
Ahora lee despacio la Palabra de Dios y las reflexiones que se proponen. Déjate empapar de la Palabra de Dios. Si con un punto de reflexión te basta, quédate ahí, no prosigas.
2. La palabra de Dios
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: -«Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?» Jesús le contestó: -« ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. » Él le preguntó: -«¿Cuáles?» Jesús le contestó: -«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. » El muchacho le dijo: -«Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?» Jesús le contestó: -«Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico. (Mateo 19, 16-22).

1. A Jesús se le acerca uno que le pregunta: “«Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?»” Jesús le remite a lo que todo judío conocía, a los mandamientos: “-«No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.” Notemos que Jesús nombra sólo los mandamientos que hacen referencia al prójimo. Y es que la correcta relación con Dios queda determinada por nuestra correcta relación con el prójimo. Sólo estaremos bien con Dios, si lo estamos con el prójimo. El que había preguntado dice que eso lo cumple ya, y si hay algo más que cumplir. Jesús debió de mirarle con cariño y le dijo: “Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres  –así tendrás un tesoro en el cielo-  y luego vente conmigo…” Tal vez él esperaba que Jesús le pidiera algunos ayunos o plegarias más. Pero Jesús se lo pide todo: que haga una opción seria por los pobres y marginados y les entregue todo lo que tiene. El joven se sintió incapaz de llegar hasta ahí, le pareció excesivo. Y la tristeza se apoderó de su corazón, y se marchó, “porque era rico.” Observemos que fue el dinero la causa de su tristeza: la riqueza le impidió lograr su aspiración de irse con Jesús. ¡Qué pena, Señor, entre el tesoro terreno –sus riquezas-  y el Tesoro del Reino, escogió sus riquezas!

2. Meditando este pasaje, sentimos pena de aquella persona, y hasta un cierto desprecio por su cobardía. Pero no olvidemos que el evangelio “habla siempre de nosotros y a nosotros”. Aquel joven somos nosotros. ¿No hemos tenido momentos en los que, descontentos de la mediocridad de nuestra vida cristiana, hemos deseado darle al Señor algo más? Y cuando el Señor nos ha pedido lo que al joven del evangelio de hoy: -«Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo”, ¿qué hemos hecho? ¿No nos hemos echado atrás cobardemente como él? El del evangelio se marchó, porque estaba “poseído” por sus riquezas: el dinero lo tenía esclavizado, le había robado su libertad. Nosotros ¿de qué estamos “poseídos”? ¿Qué “bienes” o “riquezas” nos tienen tan “atrapados” que no nos dejan “venderlos” para conseguir la vida eterna? Señor, que hoy comprenda que para ser discípulo tuyo no basta cumplir los mandamientos, sino que he de amar sin límites, hasta subordinar el derecho a la propiedad al remedio de las necesidades de los pobres.

3. Aquel joven “se fue triste porque era muy rico”. Tal vez nosotros no tengamos muchas riquezas materiales, pero ¿no tenemos el corazón lleno de otras “riquezas”? El peligro del dinero es que podemos hacer de él nuestro “dios” y poner en él toda nuestra confianza. Pero ¿a cuántas otras cosas las hemos hecho nuestro “dios”? Ahí está el propio “ego”, el prestigio, algunos proyectos, incluso algunas “buenas obras”, etc. ¿No ponemos en  ellos nuestro corazón tanto que llegamos a colocarlos por encima de Dios y del amor a los hermanos? Ese es el peligro: tener la “cartera” vacía de dinero, pero el corazón tan lleno de nosotros mismos, que Dios no cabe. Señor, que seas para mí mi único Dios y Señor. Que sólo en ti ponga mi confianza y seguridad. Que, como santa Teresa, pueda decir que para mí  “sólo Dios basta.”

3. Diálogo con Dios
A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.

18/08/2014

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