Estas
buscando formas de encontrar a Jesús. Estas tratando de encontrarlo no
solo en tu mente sino también en tu cuerpo. Buscas su afecto, y sabes
que este afecto involucra tanto a su Cuerpo como al tuyo.
Se hi
zo
carne por ti para que pudieras encontrarlo en la carne y recibir su
amor en la carne. Pero algo queda en ti que impide este encuentro. Hay
aun mucha vergüenza y culpa estancadas en tu cuerpo, bloqueando la
presencia de Jesús. No te sientes del todo cómodo en tu cuerpo; lo
devalúas, como si no fuera lo suficientemente bueno, lo suficientemente
bello, o lo suficientemente puro como para encontrar a Jesús.
Cuando analices atentamente tu vida, veras cuan llena estuvo de miedos,
en especial miedos de las personas que ocupan lugares de autoridad: tus
padres, tus maestros, tus obispos, tus guías espirituales, inclusive tus
amigos. Nunca te sentiste a su altura; siempre te consideraste por
debajo de ellos. Durante gran parte de tu vida, te sentiste como si
necesitaras su autorización para ser tu mismo.
Piensa en Jesús. El
era completamente libre ante las autoridades de su época. Le decía a la
gente que no se dejara guiar por las conductas de los escribas y los
fariseos. Jesús apareció entre nosotros como un igual, un hermano.
Quebró las estructuras piramidales de la relación entre Dios y la gente,
además de las relaciones entre las personas. Y ofreció un nuevo modelo:
el círculo, en el cual Dios vive solidariamente con la gente, y las
personas conviven unas con otras.
No podrás encontrar a Jesús en tu
cuerpo mientras este siga lleno de dudas y temores. Jesús vino a
liberarte de estas ataduras y a crear en ti un espacio en el cual puedas
estar con El. Quiere que vivas la libertad de los hijos de Dios.
No
desesperes pensando que no puedes modificarte después de tantos años.
Simplemente, entra en la presencia de Jesús tal como eres, y pídele que
te de un corazón valiente en el cual pueda estar contigo.
Tú no
puedes modificarte. Jesús vino para darte un nuevo corazón, un nuevo
espíritu, una nueva mentalidad, un nuevo cuerpo. Deja que te transforme a
través de su amor y, así, te posibilite recibir su afecto en todo tu
ser!
Danos un nuevo corazón!
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